"He oído hablar de algo interesante, de los perfumes con feromonas para atraer al sexo opuesto. ¿Es cierto? ¿En qué consisten dichas feromonas?" Ismael García
Las feromonas (para aquellos que desconocen su orígen), son sustancias químicas que segregadas en el ambiente por individuos de una misma especie, son percibidas mediante el olfato por otros individuos de la misma especie, provocando en ellos un cambio físico o de comportamiento de forma totalmente involuntaria para muchos de nosotros. Las feromonas antaño fueron identificadas en primer lugar en los insectos.
Oslara quiere empezar a difundir este tema entre los más interesados y dar a descubrir un método que se ha demostrado que funciona y es relativamente sencillo el conocer todo el tema.
Para atraer a miembros del otro sexo (sexo opuesto, podría funcionar con personas del mismo sexo todo es probar), los insectos como saltamontes utilizan sustancias químicas denominadas feromonas. La primera feromona que se identificó hace ya más de una década, la segrega la hembra de la mariposa del gusano de seda para atraer a los machos de la misma especie. ¿Pueden los humanos identificar y usar este mismo tipo de señales “químicas” para atraer a sus potenciales parejas? Al parecer no, según los científicos esto es sólo una fantasía o el deseo de algunos incrédulos…
"Se puede demostrar que es totalmente cierto y no hay publicidad engañosa"
Pretender que con la ayuda de una colonia hecha a base de feromonas humanas vamos a atraer a nuestro potencial amante y con ello probar el resultado esperado por muchos, derribando los obstáculos anulando su voluntad de elección y "forzándolo" a elegir, parece que es más una fantasía erótica que una realidad qué nos deja con la boca abierta.
Esto es lo que al parecer nos dice la ciencia y ¡Nos quieren hacer creer!. Pero fantasía o realidad el hecho es que en el mercado abundan sustancias conocidas como estos... - colonias, cremas, perfumes…- que nos prometen el deseado efecto de atracción irresistible y totalmente funcional.
Aunque hasta hace poco no se había comprobado que existían feromonas humanas y su procedencia, popularmente estas sustancias siempre se han asociado a una rápida respuesta en la atracción sexual en los humanos.
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La realidad no se aleja de lo que pensamos, es que todavía no se sabe científicamente si las feromonas de los seres humanos tienen tantas consecuencias como en los animales (O tiene la misma efectividad o más si se ve afectado), no se ha publicado en medios científicos que se haya aislado e identificado ninguna feromona humana activa, pero algunos estudios han demostrado que las hembras humanas respondemos a alguna sustancia química- sin identificar- obtenida de la axila del varón como un dato a conocer para abrir boca...
Esta sustancia química parece que afecta la secreción de dichas hormonas reproductivas de la mujer y a nuestro estado de ánimo hasta tales puntos que sorprende. Hasta aquí es lo que nos puede decir la ciencia con respecto a las feromonas humanas, pero hay mucho más en que decir con respecto a los olores y su papel en la sexualidad humana.
El olfato es el sentido más primitivo que conocemos y el más desarrollado de entre los mamíferos.
Aunque en el ser humano se ha ido atrofiando y cambiando con el tiempo, todavía cumple un papel muy importante en el proceso de atracción y seducción entre hombres y mujeres (Y vicebersa).
¿Puede ser este un tema para debate? Parece que hay olores que nos provocan respuestas muy positivas y nos mantienen receptivos y con interés a la persona que lo porta; por tanto podríamos decir que para nuestra especie los olores constituyen potentes estímulos sexuales: consideramos más “sexys” y eróticos algunos aromas. Para los momentos íntimos preferimos y seleccionamos con nuestro olfato esencias que favorecen nuestros encuentros íntimos.
También el olor es un elemento importante en nuestra memoria sensorial y recordamos el aroma de nuestros amantes más queridos. De igual forma el olor de un perfume nos puede hacer viajar a otra época, otro lugar y recordar momentos que nos excita o personas que identificamos con ese aroma…
¡Este poder, el poder seductor de un olor es increíble que podemos apreciar! Lo que no parece posible en los seres humanos es obtener la misma respuesta a las feromonas que se produce en los animales y eso es lo que traía de cabez a muchos entendidos en el tema: una atracción irresistible e involuntaria hacia el individuo que segrega la sustancia.
¿Es seductor tener todos el mismo olor y/o aroma? ¿Qué pensáis?
De todos modos si existiera algo así de fantástico (y se pudiera utilizar) y que además se pudiera sintetizar en forma de colonia, crema o aceite cosmético, el hecho de que todos dispusiéramos de esta arma de seducción, restaría su poder erótico y la magia que envuelve al mundo de la atracción y el deseo sexual se desvanecería. Todos desprenderíamos el mismo aroma e inhalaríamos los mismos olores del sexo opuesto. ¿Qué tiene esto de seductor? Debéis comprobarlo por vosotr@s mismos...
La seducción se asocia a la autenticidad de cada cual, a diferenciar a alguien del resto, a elegirlo, a identificarlo con un ser único y especial para nosotros (Y eso es lo que atrae principalmente)….En este sentido potenciar nuestro propio aroma podría ser el arma de atracción más potente que hayamos conocido hasta el momento.
¿El conocimiento es el poder? Compruébalo.
Para las mujeres, un afrodisíaco muy poderoso es el olor que desprende el cuerpo desnudo de un hombre recién duchado con su olor natural, sin fragancias que lo oculten con otros olores más frescos o menos frescos. A los hombres les ocurre algo parecido; les gusta el olor natural de su pareja y está demostrado que es así como actuamos.
Indudablemente potenciar el olor natural de nuestra piel con dos o tres gotas de un maravilloso perfume- sea o no de supuestas feromonas- tiene un componente potencialmente erótico que va más allá del aroma… entramos más adentro, en el arte de la seducción y sus distintas estrategias. Ningún olor resulta tan irresistible, ni produce tanta atracción como el aroma que se transmite la confianza que depositamos en nuestro propio poder seductor y erótico.
Empecemos por creer en nuestro maravilloso poder de seducción y cualquier aroma y/o esencia se convertirá en el olor con mayor potencia sexual que inhale nuestro potencial amante y, de verdad ¿Por qué, no?, añadamos unas gotas del pretendido perfume afrodisíaco…, por si acaso esto fuera verdad.
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